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Documento final. Mayo de 2013. Castellano

3 May

MEJORAR LA EDUCACIÓN VASCA: Con la mirada puesta en el futuro

Preocupados por lo que está pasando en el Estado y los vientos que corren: el riesgo de retroceso a los años 60 del siglo pasado que supone el proyecto de la nueva ley y las frecuentes incoherencias entre los que se dice y lo que luego se hace, un grupo de docentes jubilados ponemos en marcha esta plataforma con la intención de generar un debate serio sobre la educación en nuestro país.

La crisis es un momento propicio para que la sociedad se plantee qué espera de la educación y apostar por un modelo escolar adecuado para conseguirlo,

La crisis actual ha puesto de manifiesto el agotamiento del modelo de sociedad y de desarrollo que hemos conocido. La sociedad vasca, en este nuevo escenario tiene que reinventarse sobre bases nuevas y la escuela también lo tiene que hacer para poder formar las personas capaces de construirla. No estamos en época de cambios, sino ante un cambio de época y no podemos permitirnos interpretar la realidad con paradigmas obsoletos. Si no lo hacemos pagaremos un alto precio social y económico. H. Gardner en su libro “Las cinco mentes del futuro” ya advierte de ello: “La educación formal actual todavía sigue preparando a nuestro alumnado para el mundo del pasado, en vez de prepararles para los posibles mundos del futuro”

Es el momento de situar a la educación en el primer plano de los proyectos de futuro. Quien tiene la responsabilidad de dirigir la política vasca ha de impulsar el debate social para acordar el modelo escolar que quiere y necesita el País Vasco y asumir el liderazgo capaz de movilizar a la sociedad para llevarlo a cabo. Es necesario y urgente liderar la educación, no sólo para aumentar la empleabilidad de las nuevas generaciones, sino para preparar el capital humano necesario para los proyectos que pueden garantizar el desarrollo y bienestar individual y colectivo. No es la primera vez que la sociedad vasca reclama al sistema educativo que contribuya a llevar adelante sus proyectos colectivos. Como en otras ocasiones, también lo hará ahora, aunque necesita saber qué quiere la sociedad y cuál es el papel que ha de jugar.

El futuro de la sociedad vasca está en la innovación tecnológica y social. Al sistema educativo se le encarga formar a las personas para que adquieran los instrumentos que tienen valor en la sociedad innovadora y los sepan utilizar con autonomía y responsabilidad: el conocimiento, la cooperación, la apertura al cambio y la integración en el entorno global, multicultural y plurilingüe.

El entendimiento de lo que debe ser una educación para el siglo 21 está evolucionando, dada la transformación social que han significado la globalización, los cambios demográficos y la revolución tecnológica. Los sistemas escolares existentes se están quedando obsoletos. De ahí que no sea suficiente la apuesta por la mejora individual de los centros. Se requiere una transformación total del sistema.

El sistema educativo vasco ha conseguido logros importantes, pero no alcanza la excelencia, una meta posible y exigible, según el Informe McKinsey sobre sus posibilidades de mejora. Para lograrla, apunta, no precisa cambios de las estructuras actuales, mucho menos si son regresivos como los que propone la LOMCE. Tampoco necesita más recursos y, si son necesarios recortes, no han de afectar al objetivo de la mejora. La clave de la mejora de calidad del sistema educativo vasco está en los procesos docentes, que requiere un cambio de la cultura de la práctica docente.

El objetivo es activar en el alumnado un conocimiento más complejo y las competencias necesarias, mediante la implicación en su propio aprendizaje Como apunta L. Darling-Hammond “muchos países en el mundo están reformando sus sistemas educativos… para activar en el alumnado un conocimiento más complejo y las competencias necesarias para el siglo 21: buscar y organizar la información y los recursos, acotar los problemas, trabajar con otras personas con eficacia, afrontar los dilemas sociales y crear nuevos servicios y productos…”. Para lograrlo se necesita implicar al alumnado, porque, de acuerdo con T. Sizer, “el trabajador clave en los centros es el alumno o alumna. El único producto importante es su aprendizaje. Todo lo demás es cuestión de medios…Debemos esperar que el alumnado aprenda más mientras se le enseña menos. La implicación en su propio aprendizaje es crucial. La única función del profesorado es ayudar a los alumnos a aprender.”

Se precisa un acuerdo sobre las líneas estratégicas. Fullan (2011) alerta sobre las estrategias equivocadas que sólo modifican la estructura, procedimientos y otros atributos formales y no llegan a la sustancia interna de la educación escolar. Aboga por un conjunto de estrategias acertadas dirigidas a cambiar la cultura del sistema (valores, normas, destrezas, prácticas, relaciones…) que cumplen los siguientes fines:

• Activan la motivación intrínseca del profesorado y del alumnado.

• Sirven de estímulo tanto para el profesorado como para el alumnado en la mejora continua del aprendizaje y de la enseñanza.

• Inspiran el trabajo colectivo, de equipo tanto en los centros como en las administraciones

• Afectan a todo el profesorado y todo el alumnado.

Desde nuestra perspectiva una política educativa que pretenda abordar el futuro con éxito se ha de fundamentar en las siguientes 7 líneas estratégicas de actuación:

  1. 1.   Profundizar la equidad y la eficiencia educativa con una atención inclusiva y personalizada de la diversidad del alumnado

El entorno global obliga a trabajar con personas con diversidad funcional, distintas culturas y lenguas y desigualdad social. La nueva educación se caracteriza por su capacidad de inclusión de todas las personas, saberes e ideas y de atención a cada una según sus necesidades, aspiraciones e intereses, de modo que todas tengan oportunidades de alcanzar el éxito. También es obligada la búsqueda de nuevas ideas, ideas diversas, cuando los paradigmas con los que trabajamos no sirven para resolver los problemas a los que nos enfrentamos.

2. Situar la acción educativa escolar en el nuevo escenario tecnológico y aprovechar su potencial de aprendizaje.

Los jóvenes han incorporado las nuevas tecnologías con rapidez y son parte de sus vidas. En las redes sociales buscan y reciben  información de modo constante, comparten intereses y preocupaciones, participan en el debate social. Tienen gran influencia en su educación. La escuela tiene que contar con esta realidad y su función es  enseñar al alumnado a gestionarla con espíritu crítico y sentido ético. Estas destrezas desarrolladas en aprendizajes informales pueden ser de gran utilidad en las clases, en los aprendizajes formales. La tecnología incentiva la implicación del alumnado, cuando se integran la vida escolar con la vida ordinaria, potenciando la conexión de los aprendizajes que se hacen dentro y fuera de la escuela.

3. Facilitar al alumnado experiencias de aprendizaje en las que se usa el conocimiento para asentar las competencias básicas y para desarrollar la capacidad de aprender.

El conocimiento sirve para la vida, tiene un carácter funcional y activo. Conocer implica crear y usar el conocimiento para resolver problemas y para encontrar respuestas a los retos nuevos. El objetivo de la educación no puede ser almacenar y reproducir el conocimiento existente, sino dar la oportunidad para que las personas construyan sus conocimientos integrando en sus propios saberes lo que les aporta la ciencia y desarrollen su capacidad de pensar. Se trata de equipar a las nuevas generaciones con los conocimientos que les permitan adquirir las competencias necesarias para realizar con eficiencia las tareas complejas del mundo actual y usarlos de modo original y creativo en nuevos contextos y en combinaciones diferentes. Se precisa modificar el enfoque eminentemente académico del currículo actual e incluir solo los contenidos relevantes para que se puedan enseñar y aprender en condiciones pedagógicas adecuadas.

4. Modificar los papeles atribuidos al alumnado y al profesorado.

Las nuevas ideas sobre el aprendizaje exigen un cambio en los roles tradicionales. Incluye, entre otras cosas, dar al alumnado un papel activo en su aprendizaje en interacción con sus compañeros y compañeras, con tareas y proyectos de trabajo relacionados con su vida real, en los que ejercite y desarrolle las competencias básicas con un trabajo interdisciplinar. El papel del profesorado ya no es transmitir conocimientos, sino facilitar, estimular, orientar y evaluar el aprendizaje del alumnado. No es un trabajo individual, sino de equipo. Como afirma A. Hargreaves (2003), “las estrategias de cambio más valiosas son las dirigidas a convertir las escuelas en lugares donde se reconocen las relaciones afectivas de los docentes con su alumnado como una base vital del aprendizaje”

5. Potenciar la evaluación para reorientar la enseñanza y reforzar el aprendizaje.

El modo de evaluar, lo que se evalúa y los criterios que se utilizan condiciona el aprendizaje del alumnado. Para que sean ciudadanos responsables y participativos, personas seguras de sí mismas y autónomas, hombres y mujeres creativos y deseosos de seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas, el profesorado ha de estar seguro de que han tenido las experiencias necesarias y que dominan las destrezas necesarias en un contexto parecido al del mundo al que van a enfrentarse. La mejor evaluaciónes la formativa, en la que de forma continua el profesorado y el alumnado reflexionan sobre el aprendizaje y cómo mejorarlo. La valoración de los aprendizajes conseguidos en relación con los esperados no puede ser utilizada para seleccionar al alumnado, especialmente en edades tempranas, cuyos efectos son permanentes y, por ello, especialmente injustos.

6. Impulsar una cultura de aprendizaje permanente para el profesorado y para los directivos escolares.

Todos los principios anteriores sugieren que el profesorado, los directivos y los líderes de la política educativa, responsables del aprendizaje del alumnado, necesitan actitudes, disposiciones y competencias que les permitan trabajar bien en un sistema de aprendizaje del futuro. Nuestro sistema educativo debe diseñarse incorporando el conocimiento acumulado sobre el aprendizaje de los adultos, porque tiene implicaciones sobre el desarrollo profesional. Los directivos escolares centrarán su actividad principal en el liderazgo pedagógico, porque el “negocio” básico de las escuelas es producir aprendizajes. El trabajo del profesorado se basa en un conocimiento profundo de los saberes que enseña y una capacidad pedagógica de comunicarlos al alumnado, para lo que necesita también conocer las innumerables fuentes de aprendizaje para conectar a su alumnado con todas las posibilidades de conocimiento existentes.

7. Establecer nuevas relaciones de colaboración con la comunidad.

Las necesidades variadas de aprendizaje tienen que estar más conectadas con la comunidad cercana y con la comunidad global y además deben generar en el alumnado el interés cívico por la mejora y el desarrollo de dichas comunidades. Por otra parte la educación y los sistemas educativos no tendrán fuerza suficiente de transformación para asumir el aprendizaje del siglo 21, si esta transformación no cuenta con el apoyo decidido de la comunidad. La educación es un bien colectivo en el que todo el mundo tiene interés. El mandato con que cuentan los sistemas educativos le lleva a generar una capacidad colectiva para vivir con justicia y satisfacer las necesidades actuales y futuras de las personas. La mayor implicación de la comunidad aporta no solo legitimidad sino riqueza en las experiencias de aprendizaje.

Para lograr una enseñanza vasca abierta al futuro se necesitan los medios que la hagan posible. El informe McKinsey y la OCDE señalan tres :

  • Usar los datos que proporciona la evaluación para mejorar la enseñanza.
  • Reconocer socialmente al profesorado, cambiar el proceso de su selección y reforzar su formación inicial y continua.
  • Ampliar la autonomía de los centros escolares de acuerdo a sus proyectos y resultados.

Invitamos a la sociedad, a los partidos políticos y a los responsables del Gobierno Vasco a que asuman la importancia de la educación para el futuro de nuestra sociedad. A que lideren este proceso y asuman la responsabilidad que conlleva y el compromiso que asumen ante la ciudadanía de los efectos de sus políticas educativas, tanto por acción como por omisión.

“Plataforma Senior por una educación vasca de calidad”

https://plataformaeduvascalidad.wordpress.com/

Nélida Zaitegi, Rafael Mendia, Luis Otano y Alejandro Campo

Referencias:

  • DARLING-HAMMOND, L. et alt. (2008): “Powerful Learning: What We Know About Teaching for Understanding”. Jossey-Bass, New York.
    INNOBASQUE (2010): “Hacia una Sociedad Vasca basada en valores innovadores”
  • FULLAN, M. (2011): Choosing the wrong drivers for school reform. CSE. Paper nº 24
  • GARDNER, H. (2006): “Las 5 mentes del futuro”. Paidós, Barcelona.
  • HARGREAVES, A, (2003): “Replantear el cambio educativo”. Amorrortu Editores. Buenos Aires
  • MOURSHED, M., CHIJIOKE, C., BARBER, M. (2012): “Cómo continúan mejorando los sistemas de mayor progreso educativo en el mundo. McKinsey & Company”.http://www.preal.org/Archivos/Preal%20Publicaciones%5CPREAL%20Documentos/PREALDOC61V.pdf
  • OCDE (2012). “The nature of learning”. Practitioner Guide. http://www.oecd.org/edu/ceri/50300814.pdf
  • SIZER, T. (2004): “Horace’s Compromise”. Houghton Mifflin Co. Boston.